Todos estamos familiarizados con el significado de la palabra contrato, que no es otra cosa que un acuerdo entre dos o más partes mediante el cual se comprometen al cumplimiento de determinadas condiciones.
Las bases de un contrato convencional y un contrato inteligente suelen ser las mismas: el consentimiento voluntario de todas las partes, el objeto del contrato (bien o servicio), y una causa justa, verdadera y lícita.
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Entonces, ¿Qué son los Smart Contracts o contratos inteligentes?
Los contratos inteligentes son programas informáticos, generalmente sustentados por la blockchain de Ethereum.
La más llamativa particularidad de los contratos inteligentes es que son capaces de “auto ejecutarse” es decir, tienen la propiedad de cumplirse de manera automática.
Son escritos con un lenguaje de código, generalmente en uno de programación de alto nivel llamado: Solidity.
Solidity está diseñado y compilado en código de bytes (bytecode) con el que se crean y desarrollan los términos de dichos contratos, que posteriormente se ejecutarán en Ethereum.
Una vez programados los requisitos o condiciones que se quieren atribuir al contrato, el cumplimiento es inexorable, como una “ley de causa y efecto”, un requerimiento satisfecho, provocará automáticamente una consecuencia previamente establecida.
Todo sin necesidad de intermediarios, sin estar sujeto a interpretaciones de ninguna de las partes.
Es un contrato de cumplimiento firme, regido únicamente por un sistema informático programado especialmente para dicha acción. Lo que hace a los contratos seguros y ahorrativos en tiempo y costes de gestión.
¿Cómo se aplican los contratos inteligentes en una ICO?
En el caso de transacciones relacionadas con ICOs estos contratos están formados por conjunto de códigos con una base de datos asociada.
El código es el que dará la cualidad, propiedad o comportamiento implícito al token, y la base de datos es básicamente una tabla con filas y columnas que determinará quién tiene cuántas fichas.
Un contrato inteligente dentro de Ethereum, envía un mensaje al otro contrato inteligente con Ether en forma de una transacción, el código actualizará la base automáticamente, dejando un registro fidedigno e inalterable.
Ahora bien, simplificándolo un poco lo explicariamos de la siguiente manera:
La plataforma de Ethereum permite la creación de nuevos tokens bajo su estándar ERC-20 a los que los desarrolladores pueden adjudicarles las cualidades o parámetros que deseen, y que serán vendidos a cambio de Ethers o Bitcoins, con los que financiarán su proyecto.
Así, cuando un inversor decide adquirir “X” cantidad de tokens durante la campaña ICO, el sistema automáticamente hará la transacción adjudicando a esa parte (el inversor) los tokens requeridos y a la otra parte (los desarrolladores) la cantidad de criptomonedas acordada por dicha adquisición. Produciéndose así una transacción que quedará grabada en el registro de blockchain y que ha sido ejecutada bajo los términos del contrato inteligente creado para dicho fin.
¿Qué legalidad tienen los contratos inteligentes?
Como todo lo relacionado a la tecnología blockchain no hay aún una regulación propiamente dicha dentro del marco jurídico. Sin embargo, y aún cuando no cuenta con ningún intermediario de confianza, como un notario, el cumplimiento de los términos está asegurado sin lugar a dudas por el programa informático, sustentado siempre por el sistema prácticamente infalible de los bloques en cadena o blockchain.
¿Son el futuro, los contratos inteligentes?
Al igual que en el caso del sistema blockchain, y debido la es que es una relación inherente que existe, se prevé un sinfín de usos para los contratos inteligentes más allá de las áreas en las que son usados en la actualidad.
Por ejemplo, en ámbitos financieros, de salud, de propiedad intelectual, de servicios energéticos, inclusive en áreas gubernamentales.
Hay quienes auguran que los contratos inteligentes serán utilizados en prácticamente todas las transacciones de nuestra vida cotidiana.
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